La maternidad está llena de increíbles momentos, pero también de grandes desafíos. Sin duda, los brotes de crecimiento son de las primeras cosas que como mamá tendrás que enfrentar. Si nunca habías escuchado acerca de ello sigue leyendo, pues aquí te platicaremos de que se tratan y te brindaremos algunos consejos para que logres superarlos de forma exitosa.
¿Qué son?
Los brotes de crecimiento, también conocidos como escalones o crisis de crecimiento, son períodos de adaptación que duran de 3 a 7 días. Durante este tiempo los bebés requieren ser alimentados con mayor frecuencia pues pareciera que no se llenan en cada toma de leche e incluso se les nota incómodos o irritados.
¿Por qué pasa esto?
Conforme los bebés crecen, la cantidad de leche que necesitan va en aumento, y la única manera de conseguirla es que el bebé sea amamantado más veces, pues solo una mayor demanda (cantidad de succiones), garantiza una mayor producción de leche materna.
Una vez que el bebé haya conseguido estimular la producción de leche que necesita para alimentarse, su número de tomas de pecho volverá a la normalidad y se le notará más tranquilo.
¿Cuándo ocurre esto y qué debo esperar?
Aunque cada bebé es diferente, es verdad que la mayoría atraviesa los brotes de crecimiento a edades y con comportamientos similares, los cuales son:
17 a 20 días de vida
- El bebé se vuelve muy demandante.
- Llora si no tiene el pecho en la boca.
- Expulsa grandes cantidades de leche, pero exige seguir siendo alimentado.
- Puede pasar de necesitar 10 a 24 tomas durante el día, es decir; una cada hora.
A las 6 - 7 semanas de vida
- Aumenta el número de tomas de pecho.
- El bebé puede mostrarse nervioso, apretar y jalar el pezón o estar muy inquieto durante cada toma.
- Llora cuando está pegado al pecho.
- La leche se vuelve más salada y eso puede no gustarle en un inicio al bebé.
3 meses
- Es la crisis más difícil, el número de tomas disminuye y también duran menos tiempo.
- La mamá puede notar los pechos blandos y creer que no produce la suficiente cantidad de leche, pero en realidad es el bebé quien ha aprendido a beber de forma rápida.
- La cantidad de veces que el bebé hace popó disminuye, lo cuál es completamente normal.
6 meses
- El bebé comienza a consumir otros alimentos, lo que hace que pierda un poco el interés en ser amamantado.
- Permanece más tiempo despierto.
- Comienza a mostrar interés por lo que le rodea, lo que puede distraerlo durante las tomas de leche.
1 año
- El bebé prefiere la leche antes que otros alimentos.
- La leche materna contiene los nutrientes que el bebé necesita a esa edad, no hay necesidad de negársela para que ingiera más alimentos sólidos.
2 años
- El bebé puede volverse demandante tanto como un recién nacido.
- Si se le niega el pecho puede llegar a molestarse.
- Demanda con frecuencia ser amamantado.
¿Qué debo hacer cuando esto ocurra?
Confiar en tu cuerpo y su capacidad de producir el alimento que tu bebé necesita, la leche materna siempre será la mejor opción.
Tu bebé puede percibir lo que estás sintiendo y experimentarlo, así que procura guardar la calma e intentar relajarte, pues mientras más tranquila estés tu hijo también lo estará.
Cuida de ti e intenta descansar lo más posible, alimentarte correctamente y beber suficientes líquidos.
Cuida el horario de tomas de leche de tu bebé, mientras menos tiempo lo hagas esperar más tranquilo estará y resultará más fácil.
No le niegues el pecho a tu bebé cuando te lo pida, ni lo obligues a beber cuando no quiera.
Ahora que ya conoces lo que son los brotes de crecimiento y qué puedes esperar de ellos, mantente lo más positiva posible y recuerda que, aunque puedan ser etapas complicadas, no rendirte con la lactancia materna es uno de los mejores regalos que le puedes hacer a tu bebé.
¡Te esperamos en el siguiente blog!