
Posiciones para lactar
Amamantar a tu bebé es una de las experiencias más hermosas e importantes para ambos. Darle de comer se vuelve parte de cada día y hay que encontrar su espacio y su momento, pero no por eso lactar carece de opciones que ayudan a que tú estés más cómoda y tu bebé pueda alimentarse mejor.
Por Kleen bebé - 25 ene. 2023
Cuando pensamos en una mujer dando pecho siempre la visualizamos sentada, con ambos brazos rodeando a su pequeño y sosteniendo la cabecita cerca de sus senos. Sin duda, ésta es la forma preferida por muchas mujeres a lo largo de la historia, incluso desde la cama de hospital. Sin embargo, no siempre esta posición resulta la más cómoda o la que favorece tanto el flujo de leche como la recepción para el bebé. Por eso, queremos sugerirte algunas opciones para que puedas variar las horas de lactancia y encontrar las que se ajusten mejor a ti y tu bebé.
Lo primero que hay que resaltar es que no hay formas correctas e incorrectas de dar pecho y cada mami encuentra aquellas que le adecúan a ella y a su pequeño. Antes de salir del hospital, verifica con los enfermeros o los médicos cómo colocas a tu bebé y ellos podrán darte algunas guías, pues, aunque ya mencionamos que no hay maneras escritas en piedra para amamantar, sí hay técnicas que debes tener en cuenta para acomodar a tu bebé en relación con tu seno.
Facilita que su boca y tu pezón queden preferentemente en un ángulo de 90 grados, así como que su espalda y cuello no se giren mucho para ingerir la leche. Por esto, es recomendable que su pancita quede pegada a tu cuerpo y así puedes asegurar su cabeza y su cadera de forma que no se gire mucho. Después de eso, como verás, hay muchas formas diferentes de situar a tu bebé y encontrar diferentes maneras de lactancia. Estas son algunas posiciones que te recomendamos:
- El abrazo: Esta es la posición más tradicional. Lo primero a tener en cuenta es que tú estés cómoda. Puede ser en un sillón, en la cama o en una silla. Coloca las almohadas necesarias para soportar tu espalda hasta que sientas que estás suficientemente relajada para mantener la espalda recta, pero sin inclinarte o recargarte demasiado. Cuando lo hagas, coloca a tu bebé en el brazo del mismo lado del seno que le vas a dar, poniendo su cabecita en el pliegue de tu codo, de forma que te permita acercar su cabeza a ti y no tú a él.
- El cinturón: De pie o sentada, coloca a tu bebé envuelto con un canguro, lo que te dará soporte y permitirá que puedas moverte más mientras él come. De esta forma, puedes recargarte un poco hacia atrás, lo que ayudará a que fluya mejor la leche y puedas medir mejor la forma en que tu bebé la toma. Esta posición es muy útil para las mamis que tienen bajadas enérgicas o abundantes de leche.
- El koala: Sentada, coloca a tu bebé de caballito sobre la pierna del mismo lado del seno del que va a tomar. Recárgalo hacia ti, colocando una mano en su espalda y la otra úsala para sostener tu pecho en el ángulo adecuado a su boquita. Esta posición ayuda mucho a bebés que sufren de reflujo o tienen problemas en el paladar.
- Manos libres: Coloca a tu bebé por debajo del brazo del lado que va a amamantar, de forma que sus piecitos apunten a tu espalda, recargándolo en los brazos del asiento o en almohadas, verificando que quede a la altura de tu seno, y con tus manos libres para acercarlo, alejarlo o acariciarlo. Esta posición es ideal para mamás que tienen gemelos.
- La siesta: Si tu bebé come en la noche o muy temprano en la mañana, dale de comer sin moverte de la cama. Recostada de lado, con el suficiente apoyo de almohadas en la espalda, piernas y cabeza, pon a tu bebé en una posición paralela a la tuya y coloca su boca a la altura de tu pezón, sosteniéndolo por la espalda con el brazo que tienes debajo.
Si tienes dudas, consulta con tu médico y muéstrale las posiciones que has intentado, pero sobre todo no temas experimentar durante tu periodo de lactancia. Usar diferentes acomodos ayuda a prevenir el dolor y las obstrucciones, pues se drenan distintas zonas de los senos. Mientras más lo intentes, más pronto te volverás una experta y verás que amamantar a tu bebé no te impedirá hacer otras cosas, como leer, hablar por teléfono o caminar.