¡A cambiar el pañal se ha dicho!

Una de las principales dudas que toda mamá primeriza tiene es: ¿Cómo cambiar el pañal de mi bebé? Aunque parece una tarea sencilla, es muy probable que en más de una ocasión tú o papá hayan tenido estas dudas.

Lo primero que debes tomar en cuenta es tener las manos limpias y buscar un lugar calientito que no tenga corrientes de aire para que no le de frío a tu bebé.

Es importante tener a la mano todo lo que utilizarás: un pañal y toallitas húmedas de nuestra línea KleenBebé® Absorsec, ropita limpia (por si acaso) y algo con que entretenerlo. Cuando los bebés son recién nacidos, será más fácil cambiarle el pañal por lo quitecitos que son; pero si tu bebé ya es más grande y se mueve mucho, no olvides su juguete favorito para dárselo mientras lo cambias.

¿Qué sigue?

1. Desvístelo de la cintura para abajo y desprende las cintas del pañal sucio para quitárselo.
   
   
2. Levanta sus piernitas con una mano y con la otra jala el pañal hacia ti.
   
   
3. Toma una toallita húmeda y limpia súper bien toda la zona de sus pompis y genitales. No olvides los pliegues, ya que ahí pueden quedar residuos de pipí y popó y si no lo limpias bien, se puede rozar. Es súper importante hacerlo rápido, ya que si a tu bebé le da frío podrías llevarte una sorpresa y tendrás que volver a limpiarlo. ¡Ups!
   
   
4. Ahora toma el pañal nuevo y colócalo por debajo de su cintura y sus pompis. Para saber cuál es el frente, puedes guiarte con las cintas: recuerda que al cerrarlas éstas deben quedar por enfrente de su pancita.
   
   
5. Asegúrate de que su pañal quede bien ajustado y que no le apriete o le quede flojito. Para eso, mete dos dedos entre el pañal y su pancita y debe haber suficiente espacio.
   
   
6. Por último, termina de vestirlo y ahora sí estarán listos para seguir jugando y disfrutando de estar juntos.